Actividad 1

Ponte de pie.
Estiramos lentamente el cuerpo, iniciamos con las manos, los pies, los dedos, nuestra cabeza. Mi mano derecha toca mi brazo izquierdo a la vez que le dice estas vivo, luego, mi mano izquierda toca mi brazo derecho y repite lo mismo ¡estás vivo!
Me hago consciente de mi cuerpo, de mis órganos, de mi cabeza, de todo mi cuerpo y mentalmente digo: gracias, gracias por mi cuerpo, por mi vida. Tomo aire por mi nariz y lo expulso por mi boca, otra vez, una vez más.
Me hago consciente de mi vida, de mi esencia, soy dueño del mundo y de mis emociones, soy dueño de mi mente y de mis emociones, mi mente me guía para darme seguridad y valor y no olvido que tengo el control de mi vida, puedo ser autónomo de todo lo que puedo lograr en mi vida, mis sueños, mis metas, el ser esencia y vida a favor de los demás.
Ahora recuerdo qué quiero hacer con mi vida, desde esta edad, desde este sol que vislumbra mi corta edad… pienso en solo una meta por el día de hoy… una sola meta que me ayude a ser mejor persona a través de mi autonomía emocional, es decir aprendiendo a ser fuerte sin dejar de ser sensible, enfrentando mis dificultades sin que me rinda…
Hoy es el día de iniciar una nueva vida en busca de la autonomía emocional… Pienso cómo lo haré…

📖Repite en voz alta: Es un nuevo día, un día maravilloso para seguir viviendo, para respirar la esencia de la vida, para entender que soy dueño del mundo y de mis emociones. Por eso, agradezco a Dios como fundamento, a la vida, a mi vida y a todos ustedes los que hoy me rodean. Soy dueño de mis emociones; así que puedo dirigirlas a favor mío y de los demás,
puedo tener autonomía emocional siendo responsable con mis emociones, de manera que puedo decidir sobre ellas. Soy dueño de mis emociones, soy dueño de mi mismo. Por eso, hoy elijo triunfar a favor mío y de otros. Hoy elijo tener autonomía en mis emociones por eso Trataré a los demás como me gusta que ellos me traten.

LA “AUTONOMÍA EMOCIONAL”.
Es la capacidad de no verse seriamente afectado por los estímulos del entorno. Se trata de tener sensibilidad con invulnerabilidad. Esto requiere de una sana autoestima, autoconfianza, percepción de autoeficacia, automotivación y responsabilidad. La autonomía emocional es un equilibrio entre la dependencia emocional y la desvinculación. (Bisquerra 2009). Según Mónica Fusté la autonomía emocional es la capacidad de reconocernos responsables de lo que pensamos, sentimos, decimos y cómo actuamos al respecto. La responsabilidad y la libertad van de la mano. Si te preguntas qué es la autonomía emocional, es muy sencillo, es lo contrario a la dependencia emocional.

Repite en voz alta: Es un nuevo día, un día maravilloso para seguir viviendo, para respirar la esencia de la vida, para entender que soy dueño del mundo y de mis emociones. Por eso, agradezco a Dios como fundamento, a la vida, a mi vida y a todos ustedes los que hoy me rodean. Soy dueño de mis emociones; así que puedo dirigirlas a favor mío y de los demás,
puedo tener autonomía emocional siendo responsable con mis emociones, de manera que puedo decidir sobre ellas. Soy dueño de mis emociones, soy dueño de mi mismo. Por eso, hoy elijo triunfar a favor mío y de otros. Hoy elijo tener autonomía en mis emociones por eso Trataré a los demás como me gusta que ellos me traten.

Busco un lugar apartado, sin ruidos y sin interferencias y me asigno una tarea que sin duda me ayudará a mejora mi vida, es un compromiso: Reconociendo que soy dueño de mis emociones y que si me lo propongo puedo adquirir la verdadera Autonomía Emocional: cada vez, que venga a mi mente un mal pensamiento que me lleve a una mala acción, a pesar de no perder mi sensibilidad o que me afecte; lo aplazaré, pensando en otro mejor, es decir engañando a mi mente.

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